Perú ya registra 963 homicidios en lo que va del 2025: la violencia letal crece un 20% frente al año pasado

 Según cifras del Sinadef, cada día mueren en promedio seis personas por homicidio en el país, muchas veces en contextos de sicariato, conflictos territoriales o disputas vinculadas al narcotráfico



En solo 160 días, Perú ha superado los 960 homicidios registrados a nivel nacional, lo que representa un alarmante incremento del 20% en comparación con el mismo periodo del 2024. Los datos reflejan una aceleración preocupante de la violencia letal en todo el país, dejando en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad y la ausencia de respuestas efectivas ante el avance del crimen organizado.

Según el análisis oficial basado en el registro de defunciones del Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef), hasta el 9 de junio se han contabilizado 963 homicidios, una cifra que marca una nueva etapa en la escalada de violencia y que, de continuar, podría superar ampliamente los registros de años anteriores. La estadística preocupa aún más al considerar que cada día mueren en promedio seis personas por homicidio en el país, muchas veces en contextos de sicariato, conflictos territoriales o disputas vinculadas al narcotráfico. 

Lima, Callao y La Libertad concentran casi la mitad de los homicidios en Perú


Los registros del Ministerio de Salud también revelan la distribución territorial de los homicidios en 2025. Lima lidera la lista con 336 asesinatos, seguida por Callao (90) y La Libertad (105). Estas tres regiones suman 531 homicidios, lo que representa más del 55% del total nacional, confirmando su posición como los principales focos de violencia en el país.

A ellas se suman otras regiones con cifras significativas como Arequipa (24), Cusco (23), Ayacucho (19) y Áncash (16). Por otro lado, departamentos como Amazonas (5), Apurímac (5), y Moquegua (1) registran los menores niveles de homicidios hasta la fecha. Esta disparidad territorial sugiere que el fenómeno no es homogéneo y que ciertas zonas se han convertido en territorios críticos de inseguridad, mientras otras mantienen cifras estables.

En paralelo, el informe destaca un número significativo de muertes clasificadas como “ignorado” (974 casos), lo que complica aún más el diagnóstico del fenómeno y refleja posibles deficiencias en las investigaciones policiales y forenses. A esto se suman 538 muertes por otros accidentes y 352 suicidios, completando un total de 4.143 defunciones violentas registradas hasta la fecha.

La tendencia al alza genera preocupación en las autoridades sanitarias y de seguridad, que ya enfrentan limitaciones presupuestales y operativas para frenar este crecimiento. Todo apunta a que 2025 podría cerrar como uno de los años más violentos de la última década, si no se toman medidas urgentes para contener la espiral de homicidios que se expande sin freno por el territorio nacional.

PUBLICACIONES